Asonancia del tiempo
Si ya no estoy cuando resulte todo,
cuando el tiempo en que vivo ya no exista,
cuando otros se pregunten si la vida
es el triunfo del hombre, o es tan solo
un perenne comienzo, un grito sordo,
un rasguño en la piedra, la porfía
inútil del abismo, pues la cima
puede llamarse altura porque hay fondo.
Cuando todo resulte sólo quiero
que alguien recuerde que al fuego puse
mi corazón, el único que tuve,
que yo también fui un hombre de mi tiempo,
que dudé, que confié, que tuve miedo,
y defendí mi sueño como pude.
Waldo Leyva — Cuba, 1943
Reflexión...
Ya son meses y meses (más de doce...) navegando a contracorriente. He llegado a puerto y me he sentido agotada, con el espíritu tan seco que por momentos he pensado que se había ido dejando el cascarón detrás.
Siempre puse el alma en todo y parece que hasta ella tenía fecha de caducidad. Me preguntaba si aquéllo era lo correcto... si jugarse tanto en el camino era bueno...
Pienso que sí, que ésto es lo que yo soy y ésta es la vida que quiero vivir.
Y sé muy bien que si continúo por este camino no será la última vez que caiga y que sienta que la esencia de mí casi se pierde en el intento... pero prefiero una y otra vez recoger los pedazos de mí misma que traicionarme y no darlo todo.
No será ésta la última vez que dude, que tenga miedo. Más quiero llegar al final siendo capaz de decir que en todos los aspectos de mi vida he puesto el corazón, el único que tengo...
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